
Los principales índices europeos de bolsa rompieron ayer soportes y, de nuevo, se encaminan hacia sus mínimos del año. Es la segunda vez, en poco más de un mes, que el Eurostoxx se encuentra en esa situación.
Ocurrió también a mediados de agosto cuando la crisis turca se intensificó. Ahora bien, entonces no se cumplieron los peores augurios y finalmente hubo un rebote. Era una reacción lógica considerando que, dado el pequeño peso de la economía otomana, no podía hablarse de una seria amenaza para el PIB mundial.
Semanas después, es cierto que Turquía continúa en apuros, y se han sumado más problemas en el mundo emergente y en sus divisas. A la desconfianza que vuelve a generar Argentina, se añade la entrada en recesión de Sudáfrica o el traspié que sufrió el PIB brasileño en el segundo trimestre.
Por si fuera poco, hoy se abre el plazo para que la Administración Trump intensifique su guerra comercial con China con el anuncio de 200.000 millones en aranceles sobre las exportaciones del gigante asiático.
En estas circunstancias, debe reconocerse que hay más posibilidades de que el Eurostoxx sí alcance ahora sus mínimos del año. Ahora bien, lejos de salir huyendo, el inversor puede considerar incluso que se abre una oportunidad de compra en bolsa.
Pese a los mayores problemas en las economías emergentes, resultaría aún fuera de lugar descontar una crisis generalizada en estas economías que amenace al PIB global con una nueva recesión.
Además, debe considerarse que el mercado director continúa siendo Estados Unidos y Wall Street sigue inmerso en la mayor racha alcista de su historia. En un escenario así, aunque se conserven las cautelas, es posible evitar todo pánico.