
El anuncio de un nuevo acuerdo comercial entre EEUU y México despierta dudas sobre todo porque aún excluye a Canadá.
Sin embargo, sería erróneo minusvalorar el borrador, ya que arroja buenas perspectivas para sectores clave como el automóvil. EEUU consigue mucho de lo que demanda (como exigir un mínimo del 75 por ciento de componentes estadounidenses para que un coche pueda considerarse producto local).
Pero Washington está muy lejos de cerrar sus fronteras a este tipo de importaciones como muchos temían. Ese mensaje llega en un momento oportuno, cuando EEUU parecía concentrar su afán proteccionista en la industria automovilística (amenazando de nuevo incluso a la UE), por lo que este sector tiene razones para mostrarse optimista.