Opinión

UE: una gestión del tráfico aéreo atrasada

La incapacidad de Ryanair de solucionar sus conflictos laborales volverá a perjudicar a los viajeros en el Viejo Continente con una nueva huelga de pilotos.

Pero, más allá de esta pugna, los europeos recordarán el verano de 2018 como uno de los más difíciles, ya que en julio el 41% de los vuelos sufrió retrasos.

Aparte de factores coyunturales, como el mal tiempo y las protestas, lo cierto es que las demoras se debieron sobre todo a la falta de personal en las torres de control.

La UE paga ahora los efectos de no haber previsto con realismo la evolución del tráfico aéreo (que crece un 6% cada año) y adecuar a ella la formación de su personal cualificado.

Ese desfase amenaza con agravarse en los próximos años si Bruselas no toma medidas para paliarlo.

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