
La compraventa de vivienda arrojó en junio fuertes retrocesos en sus mercados más pujantes. Cayó tanto en Barcelona como en Madrid, en esta última ciudad con especial intensidad (7%).
Y la situación en otros mercados, como Baleares, aún fue peor con menguas del 15%. Sin duda, un mes no marca tendencia y las compraventas aún crecen un 1,8% a escala nacional (aunque muy por debajo del 4,7% de mayo).
Con todo, debe considerarse que este traspié en el inmobiliario coincide con las señales de ralentización que muestra la economía en otras áreas como el consumo.
Es posible que el segundo componente crucial de la demanda interna, la inversión, también pierda vigor, lo que ahondaría la desaceleración del PIB.