
Empleo revisará la tarifa plana de 50 euros de los autónomos y analizará si sigue siendo efectiva tras la futura modificación del sistema de cotización de este colectivo (que ligará la aportación a la Seguridad Social a sus ingresos reales).
Aunque la bonificación podría preservarse para casos excepcionales, la ministra Valerio acierta al cuestionar a fondo una medida, aprobada en 2013, que permitía a los trabajadores por cuenta propia abonar un pago reducido durante los primeros seis meses de actividad, un periodo que en 2017 se amplió a 12 meses.
La tarifa plana ha sido polémica desde sus inicios. De hecho ni las dos principales patronales del ramo se ponen de acuerdo sobre su supuesta efectividad en el fomento del empleo. Es más, las cifras más recientes que Trabajo maneja revelan que solo el 15% de los trabajadores por cuenta propia que se beneficiaron de la bonificación cotiza aún.
A estas divergencias habría que sumar el esfuerzo que para la Seguridad Social supone la vigencia sine die de esta norma. Y especialmente en un momento en el que el sistema afronta, pese a la recuperación, una crítica situación que eleva su déficit hasta el 1,6%. Pero lo más importante es que, al igual que otros mecanismos como puede ser el FLA autonómico, la tarifa plana fue un recurso implantado para que un colectivo vulnerable pudiera hacer frente con mayores garantías a la crisis económica.
Tras años de fuerte crecimiento, su permanencia, en los términos actuales, es más que discutible y carece de sentido permitir que se eleve el gasto de 3.200 millones que la medida ya supuso en los últimos cinco años. Trabajo muestra responsabilidad al dar estos pasos, pese al coste electoral que pueda suponer en el colectivo de autónomos.