
El Gobierno baraja varias actuaciones en materia de impuestos, como la revisión de las deducciones en Sociedades, de modo que el tipo efectivo de este tributo suba hasta el 15%.
El problema es que todas las decisiones se orientan a elevar la recaudación para sufragar el creciente gasto público sin contribuir a un alza de la productividad de la economía. Queda así fuera una rebaja de los impuestos que el factor trabajo soporta en nuestro país.
El hecho de que sólo catorce de los 34 países de la OCDE tengan cotizaciones sociales más elevadas que las empresas españolas constituye un lastre tanto para las firmas como para sus trabajadores. No en vano el salario neto que perciben estos últimos se reduce casi un 40% por este tipo de gravámenes fiscales.