
Estamos asistiendo a que, por parte del recién llegado Ejecutivo español que lidera el PSOE, se está intentando revertir la situación de muchas condiciones de atención a la ciudadanía, sociales y laborales que habían sido eliminadas por anteriores Gobiernos de España. Evidentemente esto conlleva, indefectiblemente, un aumento del gasto.
Y como el gasto actual en España es bastante elevado y además la deuda contraída por España para poder sostenerlo resulta encontrarse en el entorno del Producto Interior Bruto de un año, obviamente es algo que preocupa mucho a los economistas.
Porque si aún se eleva más el gasto público es muy posible que la Economía del país pueda llegar a colapsar y entremos, por ello, en una depresión económica de dimensiones incalculables y que, lógicamente, ocasione un perjuicio para la sociedad. Por ello, hay que tener presente que en todo plan financiero es evidente que hay dos vertientes, una la del gasto y otra la de los ingresos. Y que para conseguir equilibrar cualquier presupuesto financiero y sus flujos de caja, se debe operar tanto en el lado del gasto, como en el de los ingresos.
Dicho ésto, creo sinceramente que por el lado de los ingresos aún existen unas ingentes y enormes posibilidades para poder llegar a conseguir su aumento de una manera sustancial. Se debe tener presente que se puede y debe hacer posible que estos ingresos sean mayores a través de la creación de riqueza por parte del Estado. Ésto es, que se involucre en la creación de empresas, en sectores industriales que sean adecuados y que la sostenibilidad de su éxito, en cuanto a la competencia en los mercados, sea posible. Pues de esta manera se conseguirá una mayor tasa de empleo y también que esa riqueza generada pueda acrecentar la Economía.
Además, es algo obvio que también se debe realizar una racionalización, que no racionamiento, del gasto público, para que así no se dilapiden recursos. Por lo que para ello se debiera poner en práctica un proceso de mejora continua que aboque a una mayor eficiencia de esos recursos y que también coadyuve a que los propios trabajadores del Sector Público e incluso de la misma Administración puedan llegar a gozar de una mejora en la manera de realizar sus tareas, que conlleve que exista un clima laboral mejor y más productivo.
Estoy convencido que si se pueden realizar estas medidas de creación de empresas y de apoyo a las existente, se podrá sostener el sufrago de la política económica que pretende desarrollar el actual presidente del Gobierno.