
El Gobierno estudia eximir del IRPF a pensionistas que ingresen menos de 17.000 euros anuales. Esa medida beneficiaría a 1,2 millones de personas y llevaría la exención en el Impuesto sobre la Renta más lejos de los 14.000 euros que el PP pactó con Ciudadanos. Es posible rebasar ese límite sin dañar a la Seguridad Social, ya que el esfuerzo recaerá íntegramente sobre Hacienda y podrían compensarlo otros tributos como el IVA.
Además, el alcance de la medida es limitado. Como el reciente anuncio de alzas de pensiones mínimas y de viudedad, se trata de gestos puntuales, que quedan muy lejos de atacar los problemas del sistema de pensiones. Estos requieren de una reactivación auténtica del Pacto de Toledo y de una nueva reforma estructural.