Opinión

Ciudadanos, ante el caos presupuestario del partido popular

Hace unos días compareció el ministro Montoro en la comisión de presupuestos del Congreso. Era la segunda vez en la historia que un ministro comparecía en la comisión de presupuestos: la anterior fue en noviembre, y también compareció Montoro. En ambos casos, el ministro vino a explicar la prórroga presupuestaria. En la primera ocasión, antes de que ocurriese, y en esta segunda, pasado el 31 de diciembre, cuando entró en vigor la previsión constitucional de prórroga de los presupuestos del año anterior por no haberse aprobado los del año en curso. Todo esto es cualquier cosa menos normal, pero claro al lado de los disparates que llevamos viendo hacer a los independentistas en Cataluña, nada llama la atención.

Todo esto se puede resumir en una sola frase: no hay presupuestos porque el Gobierno, pese a la previsión constitucional del artículo 134 no ha presentado el proyecto de presupuestos. No puede haber cuentas del Estado, si el único que puede presentarlas, el gobierno del PP, no lo hace, no ya antes del 30 de septiembre, sino simplemente en algún momento. La primera justificación del Gobierno era que carecía de apoyos para aprobar sus presupuestos. Aquí el principal problema es que si no se negocian apoyos, lógicamente no se obtienen apoyos.

Que nosotros sepamos, con los únicos que negoció los presupuestos en septiembre fue con mi grupo, Ciudadanos. Sin embargo, a punto de alcanzar un acuerdo, el Gobierno decidió no presentar los Presupuestos, y no volvimos a tener noticias en cuatro meses. El Ejecutivo pidió apoyo en algunas cuestiones, y en otras como en aplicar el artículo 155, para devolver la voz a los catalanes a través de unas elecciones, hubo que pedírselo al PP y al Gobierno. En cualquier caso, no es que no hubiera comunicación, es que simplemente el Gobierno, que es el único que puede presentar unos Presupuestos, no quería hablar de cuentas del Estado.

El pasado 24 de enero, el ministro Montoro culpó a la situación catalana, y a todos los grupos de que no se hubiesen aprobado unas cuentas, que el Gobierno simplemente no se había molestado ni en presentar. Además, aunque Montoro comenzó señalando que había negociado con todos los grupos, finalmente quedó claro que no había habido negociaciones en cuatro meses con ninguno.

Mi partido, Ciudadanos, lleva año y medio dispuesto a negociar, y de hecho los últimos Presupuestos, que siguen vigentes con la prórroga, se aprobaron gracias a nuestro apoyo. Ya el 12 de enero del año pasado le señalé a Montoro en la comisión de Hacienda que si cumplía el acuerdo de investidura, apoyaríamos los Presupuestos, y que en caso contrario, no lo haríamos. Como entonces el PP cumplió, aprobamos los Presupuestos. Ahora, como el Gobierno del PP, incumpliendo el acuerdo de investidura, se niega a exigir el acta, o si se niega a expulsarla de su partido, a una senadora investigada por cinco delitos por el Tribunal Supremo en la operación Púnica, hemos suspendido las negociaciones presupuestarias.

A partir de aquí entramos en las versiones contradictorias. Por una parte, Montoro señala que no se deberían poner condiciones, aunque éticamente aceptables, que no guarden proporción con lo que suponen unos Presupuestos. Lo cierto es que si tuviésemos alguna información adicional sobre los Presupuestos, como el cuadro macroeconómico o la previsión de ingresos, sería más sencillo hacerse una idea de si las cuentas que quiere presentar Montoro son buenas o malas.

De hecho, los Presupuestos del 2017, derivados del pacto con Ciudadanos son unas buenas cuentas que acabaron con los recortes y permitieron, por primera vez en diez años, cumplir con los objetivos de déficit. Sin embargo, los Presupuestos de 2016 eran un desastre y estuvimos a punto de tener que pagar una multa que podía haber ascendido a más de 4.000 millones de euros. El gobierno de Rajoy y Montoro no puede pedir un cheque en blanco para que le apoyemos los Presupuestos, y en cualquier caso, no estamos dispuestos a dárselo.

Por otra parte, si la condición de un mínimo de limpieza frente a la corrupción es insignificante en relación con el valor que tiene para el Ejecutivo aprobar las cuentas, como señala Montoro, no se entiende que el gobierno del PP no la acepte. O si lo prefieren, tristemente, a lo mejor se entiende demasiado bien. Lo que no se entiende es que Rajoy siga sosteniendo que nadie le ha pedido la dimisión de la senadora imputada. No pierdo la esperanza de que el presidente del Gobierno hable en algún momento con su ministro de Hacienda, o incluso que se lea los periódicos.

Para Montoro, aprobar los Presupuestos tiene tres ventajas fundamentales: subir los sueldos a los funcionarios, dar 4.000 millones a las CCAA y poder acometer nuevas inversiones. Lo que ya no se entiende es que Rajoy y Montoro digan que van a hacer todo lo posible por aprobar los Presupuestos, y luego digan que tanto la subida de sueldos como el dinero de las Comunidades Autónomas llegarán por Decreto aunque no haya presupuestos. Parece que el Gobierno sólo quiere que no haya nuevos presupuestos para evitarse tener que bajar los impuestos, y de paso, empezar a equiparar los sueldos de policías y guardias civiles con las policías autonómicas; aunque sólo sea porque son las exigencias de Ciudadanos.

En fin, creemos que España necesita algo tan elemental como unas buenas cuentas para 2018. Pero para eso sería recomendable tener un Gobierno, no ya que tenga un proyecto, sino que simplemente se aclarase. Esperemos que lo haga pronto, España y los españoles se lo merecen.

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