
Javier Monzón sustituye a Juan Luis Cebrián en Prisa. El núcleo duro de accionistas de la editora de El País y la Cadena Ser ha destituido a un Cebrián cuya situación en la empresa era insostenible. La delicada posición financiera de Prisa, que necesita conseguir 956,5 millones en un año para afrontar el pago de la deuda, obligaba a dar un golpe de timón al que Cebrián se ha resistido.
Tanto es así que llegó a maniobrar en la sombra para perpetuarse en el poder, a pesar de ser el responsable de los problemas. Su nefasta gestión ha obligado al grupo a vender gran parte de sus activos para evitar la quiebra. Ya sin balas en la recámara (salvo quizá Santillana), el despido de Cebrián era una medida obligada para recuperar la confianza de los inversores en la firma.