
A Prisa se le vuelve a atragantar la venta de Santillana. Amber Capital, el mayor accionista de la empresa con un 19,2% de las acciones, ha exigido a su presidente, Juan Luis Cebrián, paralizar de inmediato el proceso de desinversión y proceder a una ampliación de capital, que superaría los mil millones de euros. La editora de la Cadena SER y El País había frenado ya la venta de Santillana el pasado mes de mayo, al no lograr ninguna oferta lo suficientemente alta. El pasado mes de julio, sin embargo, la compañía anunció que reactivaba la operación para cumplir con la banca y los fondos, abriendo en este sentido un proceso de negociación con la estadounidense Rhône Capital.
Según decía entonces el grupo que preside Cebrián, "en el proceso de desapalancamiento financiero la sociedad mantiene conversaciones con diversos interlocutores, sin que se haya tomado una decisión". El problema es que Prisa pidió 1.500 millones y Rhône está dispuesto a pagar como mucho 1.200 millones de euros, una cantidad que el principal accionista de la editora considera totalmente insuficiente.
Aunque fuentes oficiales de Prisa aseguraron el lunes que "estamos trabajando en las diferentes opciones", la venta de Santillana podría descartarse definitivamente si, tal y como parece, la familia Polanco, propietaria de otro 17,5% de las acciones, se suma a Amber y rechaza también finalmente la operación.
Negociaciones
De hecho, las fuentes consultadas por este periódico aseguran que Prisa está contactando ya con distintos empresarios para invitarles a una posible ampliación. Y es que la compañía está buscando liquidez contrarreloj para afrontar el pago de 956 millones de euros de deuda que vencen en 2018 y así evitar que fondos como Angelo Gordon, Och-Ziff y Avenue, que tienen dos tercios de la deuda del grupo editorial, puedan trocearlo.
De momento, y a la espera de lo que pueda pasar con la ampliación, Prisa aprobará el próximo 30 de octubre en junta extraordinaria una reducción de capital por 154 millones de euros para compensar pérdidas. Tras esquivar varias amenazas de quiebra con la venta de Canal+, Alfaguara, el 14,3% de Mediaset, su filial portuguesa Media Capital, y llevar a cabo seis ampliaciones por unos 1.260 millones de euros, el grupo se enfrenta así su próximo gran vencimiento sin casi balas en la recámara, un accionariado dividido y la creciente desconfianza del mercado. Y por si fuera poco, a Prisa se le ha complicado además la situación patrimonial con la venta de la filial portuguesa Media Capital, que le conlleva el registro de una pérdida contable en la sociedad dominante de 81,4 millones de euros, una cifra que se reduce hasta los 69 millones de euros en las cuentas consolidadas.
La dueña de La Ser aprobó la venta de su negocio portugués a Altice por un importe 440 millones de euros, aunque la misma empresa ha asumido ya que finalmente cobrará una cifra inferior, de 321 millones de euros, por su participación de más del 90% en Media Capital por los "ajustes de valor típicos de este tipo de operaciones", a la espera, eso sí, de recibir el visto bueno de las autoridades de defensa de la competencia de Portugal.
Beneficio
Prisa cerró el primer semestre con un beneficio de 10 millones de euros, gracias a la buena marcha de Santillana, cuyos ingresos subieron un 17%, hasta 328 millones, con una mejora del resultado de explotación del 89%, hasta los 70,8 millones. Todo ello, además, con el negocio de la prensa de capa caída y un desplome del resultado de explotación del 61,8%, tras reducir un 10,6% los ingresos.
Un Polanco para sustituir a Cebrián
El pasado mes de julio, en la última junta de accionistas, Amber Capital dio un ultimatum a Juan Luis Cebrián como presidente de Prisa. El primer accionista de la compañía planteó al hasta ahora presidente del grupo que si en el plazo máximo de seis meses, antes de fin de año, Cebrián no abandonaba sus funciones ejecutivas y cedía la gestión al nuevo consejero delegado, Manuel Mirat, se intentaría forzar su marcha. Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que Amber quiere que un miembro de la familia Polanco, Manuel Polanco, vicepresidente actualmente de Prisa, sustituya a Cebrián al frente de la compañía. Amber está ahora intentando buscar apoyos para sacar adelante su plan.