
Doce patronales del sector alimentario ya se movilizan contra el impuesto sobre las bebidas azucaradas catalán. El abanico de acciones que contemplan es amplio y, como era previsible, no descartan recurrir a los tribunales. Sin duda, son muchos los frentes en los que puede impugnarse este tributo ante un juez, desde su clara ruptura de la unidad de mercado hasta la doble imposición (pues el IVA ya grava estos productos).
Ahora bien, lo que más debería preocupar a la Generalitat es la medida más expeditiva de que disponen estas empresas: marcharse. Si el Govern minusvalora esta amenaza, dará un nuevo impulso al ya intenso éxodo empresarial que esta autonomía sufre desde hace años, lo que implicará situar la economía catalana en situación aún más crítica.