Opinión

Iglesias sabe perfectamente dónde está

Pablo Iglesias presentando su propuesta. Imagen: EFE

La respuesta que el portavoz parlamentario socialista Antonio Hernando ha dado al inasumible órdago presentado por Podemos ha sido contundente y acertada. "Pablo, no sabes donde estás. ¿En qué momento nos hemos perdido que el jefe del Estado te haya encargado la investidura?".

Escuchando esas palabras pronunciadas publicamente ante cámaras y micrófonos, nadie juraría que están dirigidas a un potencial socio de gobierno.

La frase de Hernando, con las palabras exactas y en su momento, sonaron este lunes a gloria para millones de españoles que no quieren aventuras políticas de consecuencias desconocidas. Sonaron a un PSOE fuerte y conocedor del terreno que pisa, plagado de arenas movedizas. El problema es que las palabras del portavoz quedan vacías porque quien parece no saber donde está es el PSOE. La necesidad de buscar un acuerdo con quien pretende engullirles coloca a los socialistas españoles ante una disyuntiva terrible entre su supervivencia como partido sistémico y determinante o el veto a Podemos y todo lo que representa.

A partir de ahora, tras conocerse las últimas exigencias de Pablo Iglesias, Sánchez y sus compañeros deben explicar con total claridad a los españoles lo que van a hacer y lo que no van a hacer con respecto a lo que se les pide en el documento de 98 páginas. Deben explicar nítidamente si van a sentarse a negociar o cumplirán la resolución del ComitÄ— Federal del pasado diciembre, que decía textualmente: "La renuncia a esos planteamientos (autodeterminación, consultas ilegales, separatismo) es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con otras formaciones políticas". El texto es claro e invalida cualquier conversación con quien no renuncie a esas condiciones de ruptura de nuestro país. La posición de los dirigentes socialistas debe serlo de igual forma.

Los plazos atosigan al secretario general y candidato a la investidura. No va a ser fácil que en apenas 11 días llegue a un acuerdo que tan mal empieza, lo explique a las bases de su partido, organice y celebre la votación de sus militantes, convoque el Comité Federal para ratificarlo y vuelva a hablar con sus socios por si algún punto es digno de ser modificado. Todo ello contrarreloj en apenas dos semanas. España merece que su futuro se labre con algo más de consideración.

Muchas instancias públicas y privadas están advirtiendo además del riesgo de ese gobierno condicionado por Podemos. No pondremos como ejemplo a las consideradas como odiosas agencias de rating como Fitch, que le han alertado del peligro de poner en La Moncloa a los populistas de izquierdas. Reflejemos solo las advertencias de todo el arco parlamentario europeo al PSOE para que no pacte con propuestas políticas como la de los 98 folios de Iglesias.

Quien sí sabe perfectamente dónde está es Podemos: cualquiera de los escenarios posibles le beneficia. Si el PSOE rechaza sus condiciones y hay elecciones, tanto como si las acepta. Sale ganando siempre, como la banca en el Casino.

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