Opinión

El riesgo de volver al pasado

En España la Justicia es lenta, pero afortunadamente acaba poniendo las cosas en su sitio. El Supremo tumbó esta semana la salida a bolsa de Bankia por contener una valoración engañosa de sus activos. Todo formaba parte de una operación política orquestada por la exvicepresidenta, Elena Salgado, para intentar tranquilizar a los mercados sobre la solvencia de la economía española. Como estamos en un país con instituciones independientes, naturalmente tanto el Banco de España bajo la égida de Miguel Ángel Fernández Ordóñez como la Comisión Nacional del Mercado de Valores, entonces presidida por Julio de Segura, no pusieron objeción alguna. Salgado contaba, además, con el beneplácito del entonces presidente de la entidad financiera, Rodrigo Rato, quien había pasado de la élite política a la bancaria gracias al apoyo de los socialistas, además de los populares.

El resultado, unos años después, es que BFA-Bankia, léase los ciudadanos españoles, tenemos que devolver el importe íntegro de la salida a bolsa. Ordóñez, que en su último libro trata de pasar como un gobernador impecable y asegura, como ya hizo Zapatero, que nadie podía prever la crisis que sobrevino, siguió las consignas políticas. Lo que no confiesa Ordóñez es que en aquellos años se convirtió en uno de los principales asesores económicos de Zapatero en contraposición al vicepresidente Pedro Solbes.

Su responsabilidad y la del expresidente de la CNMV, por tanto, es doble, ya que al fiasco de Bankia hay que añadir el de las participaciones preferentes de las cajas de ahorro colocadas entre millones de ciudadanos españoles. Un fiasco próximo a los 11.000 millones de euros, que obligó a solicitar el rescate de la banca española.

Resulta bochornoso que estos personajes escriban ahora libros para intentar purgar los pecados de su gestión. Otro de los protagonistas de aquella etapa, que pontifica semanalmente desde las páginas de El País Negocios es Emilio Ontiveros. Su empresa, Analistas Financieros Internacionales (AFI), elaboró los proyectos de fusión de las cajas, que acabaron con la quiebra de la mayoría de ellas al juntar una mala con otra peor.

La sentencia de Bankia no sólo trae malos aromas del pasado, sino que pone los pelos de punta ante el riesgo de que gobierne Pedro Sánchez junto con Podemos. El partido de Pablo Iglesias veta el nombramiento de Jordi Sevilla, exministro de Administraciones Públicas, en un futuro Gobierno por su perfil moderado y defensor de políticas de austeridad, como las aplicadas por el PP.

Imagino que Sánchez podría optar por colocar al frente de Hacienda, o de Trabajo, a María Luz Rodríguez, partidaria de derogar la reforma laboral.

Rodríguez, una de las apóstoles contra el empleo precario, fue secretaria de Estado de Empleo entre 2010 y 2011, el binomio negro del paro en España.

Otro de los responsables del actual desaguisado es el presidente del Gobierno. Mariano Rajoy debería marcharse para facilitar un pacto con Ciudadanos y el PSOE, sobre todo después de que los jueces hayan sacado a la luz las comisiones del 3 por ciento pagadas en el PP valenciano.

El caso de Rajoy ante la corrupción que asedia a su partido me recuerda mucho al de Esperanza Aguirre con respecto a la Operación Púnica. Si no lo conocían están desacreditados para seguir en su cargo y si estaban al corriente, deberían irse ya.

Rajoy no debe llenarse la boca pidiendo responsabilidad al PSOE para formar una gran coalición si no está dispuesto a sacrificarse a sí mismo. Si llega la izquierda, la culpa será de él. No hay que confíar mucho en el Comité Federal que este sábado celebran los socialistas, porque está muy dividido entre los partidarios de Sánchez y de Susana Díaz. Por tanto, las condiciones para pactar con Iglesias serán laxas.

El culebrón político seguirá durante semanas. Las bolsas buscan la formación de un suelo tras las intensas caídas vividas en las primeras semanas del año. Los factores que lo propician son que la caída del petróleo se detuvo en torno a los 30 dólares y que los grandes bancos centrales comenzaron a dar señales de continuar con la relajación de la política monetaria. Al anuncio de Draghi, la semana pasada, siguió el recorte del precio de dinero a tasas negativas por el Banco de Japón este viernes. Puede tratarse de sólo una tregua. Todo dependerá de las señales que dé en los próximos meses la economía china. En España, la operación del año es el pacto de fusión que la semana próxima anunciarán Gamesa y Siemens para crear el gigante mundial del sector eólico. El acuerdo fue buscado por Gamesa de la mano de Iberdrola, su socio principal, para fortalecerse y mejorar su tecnología para la construcción de parques marinos. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, vuelve a mostrar sus excepcionales dotes para visionar el futuro. ¡Menos mal que aún quedan empresarios!

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