
La divertida comedia de Joel Zwick Mi gran boda griega (2002) hizo saber al mundo que los griegos eran diferentes. En principio, y si no hay cambios, este domingo, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, reunidos en Bruselas en sesión extraordinaria, anunciarán que, a pesar de estar hartos de los griegos no les queda más remedio que seguir casados con ellos.
Así son las cosas, en 1981 Valéry Giscard d'Estaing nos lo metió por la puerta de atrás por razones geoestratégicas -para que los rusos no pusieran allí sus bases nucleares- y ahora tenemos que cargar con una especie de Junta de Andalucía perpetua. Un saco sin fondo, dado que, como me comentó Daniel Lacalle, "desde Aristóteles, los griegos no han dado ni un palo al agua".
Ahora se les volverá a rescatar dándoles otros 50.000 millones a cambio de cumplir con las reformas que desde hace años viene exigiendo la troika. De esta cantidad, España tendrá que poner unos 5.000 millones, que habrá que sumar a los 26.000 millones que nos deben. Si Rajoy fuese como Tsipras tendría que convocar un referéndum para saber si los españoles están de acuerdo en pagarles lo mismo que nos gastamos en desempleo, y algo parecido sucede con el resto de los países de la eurozona. ¿Se imaginan que los Gobiernos de Alemania, España o Polonia promocionasen el "no" como hizo el Gobierno de Syriza? ¿No sería igual de democrático? Si no lo hacen es porque son gobiernos serios y porque entienden que la solidaridad tiene que ir acompañada de la responsabilidad. Entrar en una guerra de legitimidades sería una irresponsabilidad y ese es el punto más débil del Gobierno griego. Tsipras es un irresponsable y un mentiroso. Como dice el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, "cuando habla no cuenta toda la verdad" y la peor de las mentiras es una verdad a medias. Por su parte, el presidente del Eurogrupo, Jeroem Dijsselbloem, le ha tenido que recordar por carta que le pidieron que recortase los gastos en Defensa para evitar rebajar las pensiones y Tsipras no quiso, y que cuando le pidieron que las navieras pagasen impuestos para suavizar la subida del IVA, tampoco aceptó. ¿Quién habló de casta?