Opinión

Dinero guardado bajo el colchón

Las familias y las empresas españolas quieren tener un abultado remanente de dinero a mano, según los datos del Banco de España. De acuerdo con el regulador, esos agentes económicos retiraron 72.000 millones de depósitos bancarios en el año que media entre febrero de 2014 y el mismo mes del ejercicio anterior.

Se trata de un descenso histórico, superior al 14%, que nunca antes había registrado la serie estadística. El dato presenta varias derivadas, la primera de las cuales constituye un aviso claro para las propias entidades financieras. Tras su saneamiento, en los últimos años los bancos estaban alimentando su rentabilidad, sobre todo, por la vía de los costes.

El ahorro en la remuneración de los depósitos, por el derrumbe de los tipos de interés, ha resultado clave para esa estrategia, pero pagando el precio, y así lo refleja el Banco de España, de que esos productos carezcan de todo atractivo, con los tipos en el entorno del 0,35 por ciento. Los ahorradores, sin embargo, una vez que han liberado su dinero, no siempre se lanzan a la caza de mayores rentabilidades; lo demuestra el hecho de que, entre febrero de 2014 y el segundo mes de 2013, el capital ubicado en cuentas a la vista (que en no pocos casos carecen de toda remuneración) se ha incrementado en 61.591 millones de euros.

Se trata, por tanto, de una auténtica avalancha de liquidez, cuya disponibilidad inmediata las empresas y las familias no quieren arriesgar, lo que denota que la incertidumbre sobre la situación económica (y política) no se ha disipado. Además, la industria financiera española aún adolece de falta de modernización y todavía no ha recuperado la credibilidad perdida en el transcurso de la crisis.

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