A día de hoy, sigo pensando que no quiero participar demasiado de la renta variable con mi dinero...
Sabemos, gracias a la ciencia, que hay un área que no se activa en nuestros cerebros cuando estamos frente a un experto. Nos volvemos creyentes frente a éstos.
En el caso de los analistas bursátiles, como hay algo de pasta y mucho ego en cualquiera de los casos, incluso algo más. Tengo un amigo chartista que siempre dice que la gente se sorprende cuando ve que no llevamos capa. Yo siempre digo que los más divertidos son los que creen que llevamos antifaz. Los primeros esperan que lo que decimos cristalice al día siguiente, aún sin pararse a entender cómo estamos intentando encajar eso dentro del proceso de orden superior. Los otros, los del antifaz, son lo mejorcito de cada casa y nos consideran parásitos porque las cosas que planteamos, frecuentemente, ni siquiera suceden... Como si la táctica fuese más importante que la estrategia, ignorando lo que ya advirtió Confucio hace más de 2.500 años sobre las previsiones y el conocimiento. El que las hace, es porque no lo tiene.
Yo no veo mis ideas como previsiones, es algo que podría apegarme a mis errores. Me gusta pensar que tengo lectores que están por encima de ciertas cosas, por lo que siempre he presumido de lo fácil que me resulta reconocer lo mucho que me equivoco. Luego la idea de que podemos vivir una etapa peligrosa no es algo a lo que esté aferrado con uñas y dientes. Para nada, es simplemente lo que hay por muy aburrido que resulte escribir cada día lo mismo en Ecotrader. Mi trabajo no es saber lo que pasará mañana, ni la semana que viene, sino administrar capitales intentando aprovechar las etapas del mercado que parecen más fáciles en términos de probabilidad; alejándome en las que son más oscuras. Puedo presumir de tener la mayoría de mis ahorros y los de mi familia en vehículos de inversión que trabajan con mis ideas. Y a día de hoy, sigo pensando que no quiero participar demasiado de la renta variable con mi dinero. Hay quien me dice que resulto aburrido. Suelo contestarle que para divertirse puede darse una vuelta por el casino.