Hace tiempo que algunas compañías aéreas ofertan en el último momento a los pasajeros los billetes que no venden de clase business, pero ahora la subasta de última hora se está generalizando debido a que una gran mayoría de empresas ha decido reducir aún más los costes de los viajes de sus ejecutivos. Por eso, compran billetes de clase turista y las aerolíneas tienen cada vez más difícil colocar los asientos más caros. Se acabó el viaje placentero, la copa y el aperitivo. La crisis también llega a los directivos de las empresas .