
El jueves 24 de enero, con antelación al día de la presentación del acuerdo para la prórroga del Plan Prepara, el INE presentó el informe de la Encuesta de Población Activa correspondiente al último trimestre del año y resumen de todo el 2012. El informe de los seis millones de parados.
Más allá de los catastróficos datos que nos aporta, por lo que se refiere a la evolución de los ocupados en España, se ha resaltado de este informe por muchos analistas, y con razón, el favorable comportamiento que ha demostrado en este pasado año el trabajo por cuenta propia. Efectivamente, es así: un aumento del 1,80% en términos interanuales con respecto al último trimestre de 2011, frente a una caída general de la ocupación de un 4,78%, o una disminución del trabajo asalariado en un 6,09%.
Pero veamos algunos detalles de este resultado. El capítulo de trabajo por cuenta propia en la EPA agrupa diversos colectivos, de una parte los empresarios o empleadores, los trabajadores independientes o empresarios sin asalariados, a los que podríamos denominar propiamente autónomos, así como los miembros de cooperativas y los colaboradores familiares.
En su conjunto todos estos colectivos suman la cifra actual de 3.022.000, muy lejos de los casi 3.500.000 que tuvimos en los años inmediatamente anteriores a la crisis y muy parecida a la del registro del Régimen de Autónomos de la Seguridad Social, 3.045.000.
Aun siendo positiva esta evolución, podemos sacar conclusiones del informe que no permiten una opinión tan optimista. De una parte, si bien la evolución anual ha sido de un crecimiento en valores absolutos de 53.300 trabajadores por cuenta propia, sin embargo el resultado final ha sido peor que la perspectiva que teníamos en el tercer trimestre.
En septiembre de 2012 la evolución acumulada hasta entonces nos permitía suponer un crecimiento superior a los cien mil a finales de año. El dato individual del último trimestre ha sido francamente negativo, con una evolución a la baja de 55.400 activos que se llevó la mitad del crecimiento anterior. La lectura es negativa; más aún cuando se produce en un trimestre que habitualmente tiene un buen comportamiento por la coincidencia con momentos altos de actividad como son las fiestas de Navidad. ¿Puede anunciarnos este dato una caída drástica en el primer trimestre de 2013, tradicionalmente de baja actividad? Sólo en ese momento podremos confirmar si estábamos ante un espejismo o ante una realidad.
Por otra parte, no todos los subgrupos vienen evolucionando de la misma forma. Así, los empleadores o empresarios con asalariados bajan en el año un 2,11% y en el trimestre un 5,29%, muy por encima en porcentaje de todo el resto de los colectivos; más que la media general (2,10%), y mayor que el descenso de asalariados (2,16%).
Este dato tiene una lectura preocupante. En primer lugar, porque sólo la evolución positiva de los empleadores puede producir creación real de empleo en próximos trimestres, ya que en todo 2013 el sector público va a seguir destruyendo empleo de forma constante. Por otra parte, la evolución positiva de los denominados independientes o autónomos (+14.800, en el trimestre) puede provenir en parte del trasvase desde el grupo de empleadores y no por nueva creación, lo que puede explicar que el número total no supere el existente en términos de la Seguridad Social, ya que en este caso en el año se mantiene el decrecimiento, puesto que la baja en EPA como empleador no implica necesariamente salir del grupo general ni baja en el Registro de la Seguridad Social en todos los casos.
Así pues, si bien el año ha producido unos buenos resultados para el trabajo por cuenta propia, por la fuerte evolución de los dos trimestres centrales, la realidad es que el escenario no es tan positivo como hubiésemos querido pensar en una primera lectura de los datos. Una vez más se demuestra que, para que haya empleadores, previamente debe haber autónomos o independientes, fomentar sólo la nueva contratación por parte de los empleadores actuales, y no la creación de nuevos autónomos, es una estrategia que ya ha demostrado su ineficacia.
Sebastián Reyna, secretario general de UPTA España.