LE MONDE (FRANCIA)
Tras la polémica suscitada por el desmantelamiento de los campamentos de gitanos, el Gobierno intenta ofrecer un premio de consolación. Criticado por su política represiva hacia estos sectores, París ha optado por la cancelación de las "medidas de transición" que restringían el acceso al mercado laboral a los los ciudadanos de Rumanía y Bulgaria -de donde proceden la mayoría de los gitanos en Francia-. Estas medidas consistían en la obligación de poseer un permiso de trabajo, el pago de una tasa por parte del empleador y la necesidad de trabajar en una de las profesiones permitidas en una lista cerrada.