
Lo decía en Twitter hace poco, aupando y reconociendo el valor de los que están acampados/as en distintos lugares de nuestra geografía: "Los sms del 11-M cambiaron el ganador, las redes sociales del #15M cambiarán el sistema".
Porque nuestra democracia ya no es joven, y son muchas las cosas que han cambiado en la sociedad desde 1978. Incluso podemos hablar, desde hace unos años, de un cambio de paradigma semejante al de la Revolución Industrial.
Sociedad de la información, sociedad red, lo llamemos como lo llamemos, lo cierto es que, como decía recientemente el profesor Castells sobre la revolución egipcia, "no somos los mismos/as desde que estamos en las redes sociales". Somos, añadiría, si nos fijamos en la revolución cognitiva, creativa, que significa Internet, las potentes semillas de una revolución social que nos hará más grandes.
Las redes sociales en la Red han generado, además, posibilidades reales de participación, causando un empoderamiento que causa disonancia cognitiva cuando se traslada a la calle, se retorna a las dificultades para participar en una democracia protagonizada en mayor medida por los intermediarios que por los que deberían ser los protagonistas: los ciudadanos.
Llevamos tiempo ya indignados, descontentos con unos partidos políticos que se comportan como marcas, como competencia, dedicándose a la crítica destructiva con fines electoralistas más que al bien común. En 2011, mucho más informados y formados que hace unos años, después de un fenómeno Wikileaks que ha desenterrado algunas raíces corruptas del sistema y en una sociedad red que está recuperando los medios de comunicación para el pueblo, el sistema es ya insostenible.
En definitiva, las TIC, la sociedad red, el retorno a la organización sin organizaciones, en el ágora más amplia que nunca posibilitada por las redes sociales, han amplificado el malestar que ya generaban las carencias de unos sistemas pensados para otros tiempos. Como en tantos otros ámbitos (la cultura, la empresa, los medios, la educación), el sistema ha quedado obsoleto.
Idearios de la Red
Los idearios de la Red son potentes: paz, ciencia (individualismo ilustrado, función social que no olvide las necesidades del individuo), apartidismo, descentralización, pérdida de importancia de las jerarquías, con movimientos de base estructurados en red que pueden observarse como laboratorios de democracia, de nuevas formas políticas, más apropiadas en la era de la información.
La Red hace posible la democracia directa, la desaparición de unos intermediarios que pierden, de forma natural, importancia. ¿Es necesario un Parlamento elegido cada cuatro años cuando tenemos mecanismos tecnológicos de filtrado constante del criterio, de la voluntad de la gente en las ágoras contemporáneas?
Los mismos medios sociales que sirven de observatorio del comportamiento de los consumidores pueden ser útiles para estudiar en cada momento la voluntad del pueblo. El político, no en campaña, sino en el desarrollo de su cargo como ejecutor de la voluntad del conjunto de los ciudadanos/as, debería ser el mejor community manager posible.
Es más, quizás, podría repetirse la lección de Obama sobre el uso auténtico de los medios sociales (muy distinto de las campañas tradicionales) y aprovechar el tiempo para ganarse la confianza de unos jóvenes que, como nunca, nos están diciendo lo que quieren, haciendo florecer en nuestras plazas el ideario que muchos/as hemos soñado, pero que no nos atrevíamos a pedir para esta sociedad.
Dolors Reig. Psicóloga social y tecnóloga, El Caparazón.