Al principio, la fecha tope era el 19 de marzo. Una vez rebasada, el Gobierno aseguró que el acuerdo de negociación colectiva se cerraría en días o semanas. Casi dos meses más tarde, el 12 de mayo, Zapatero se reunía de urgencia con los agentes sociales sin fruto alguno. Pasó a aplazarse para antes del 22-M, luego para después y ahora asegura el ministro de Trabajo que antes de junio se sabrá el desenlace de las conversaciones entre CEOE, CCOO y UGT.
Es decir, seguiremos sin acuerdo, pero sabremos lo que tienen hablado. Es inadmisible la inoperancia y dejadez con que el Ejecutivo actúa en una reforma señalada como clave para nuestro mercado laboral e ineludible para poner un pie en la recuperación. Los meses de demora se miden en empleos. No vale escudarse en la falta de pacto. El Gobierno debe legislar ya.