Opinión

Editorial: Y en el Mundial triunfó la unidad

El Mundial de Sudáfrica pasará a la historia por organizarse en un continente cuya capacidad se puso en duda y por convertir a España en campeona. Algo que ocurre justo cuando la marca España está devaluada. Los estudios atribuyen efectos beneficiosos a la victoria, sobre todo si gana el organizador, pues supone un retorno de la inversión.

No es el caso, mucho menos en un escenario recesivo. En España, se traducirá en un efímero aumento del consumo vinculado a la celebración, así que la ventaja es más bien una mejor carta de presentación de nuestro país, cuyo nombre resuena más fuerte en zonas lejanas como Asia.

La verdadera lección es la del triunfo de la unidad sobre la individualidad a la hora de afrontar desafíos que, como la crisis, requieren aunar esfuerzos en una dirección. Como hicieron en Sudáfrica.

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