Opinión

Carlos Doblado: Durar es más importante que brillar

Importante semana para los alcistas, con el IbeFénix a la cabeza, que sirve para mantener las cosas

como estaban dándole un buen oxígeno a los mercados y a mi plan de 'trading'.

La semana pasada quise reflexionar sobre la falibilidad, como hecho inevitable y protagonista de nuestra vida, para preguntarme sobre mi visión del mercado y la necesidad de reaccionar. Se iban a complicar las cosas, como así fue visto y no visto, pero la sangre no ha llegado al río tal y como hemos procurado contarle desde elEconomista.es durante la semana, incluso con el Ibex 35 marcando mínimos del año.

Sin el menor apoyo exterior, la situación bajista me pareció tan insostenible que el miércoles por la mañana me decidí a escribir algo sobre el tema en Blogságora, nuestro blog, donde básicamente le pedía que no se fiase del Ibex. Y siga así, que va como un loco y nunca se ganaron guerras a arreones. Y estamos aquí para eso, aunque sea yendo batalla por batalla.

Es bien cierto que hay quien lo pretende todo, pero en general somos gente sensata que prefiere durar a brillar en cuanto vamos poniendo unos dedos de frente. Si envejecemos bien, vamos dejando de anhelar ser los más listos, los más guapos o los más altos; o todo ello, para sentirnos bien con nosotros mismos. Y no es mediocridad, que eso consiste en hacer lo que hacen los demás para escurrir el bulto, es sentido común y dar respuesta a un plan que, al menos en Bolságora, consiste en perder menos que el mercado cuando éste lo hace mal, mucho menos cuando lo hace muy mal, y ganar más o menos lo mismo cuando lo hace bien. Y para hacer ello no basta una semana, sino exigir una inercia, una tendencia, que las cosas se vayan poniendo en su sitio. Es por eso que no voy a ser yo el que compre como un loco porque el Ibex se me escapa. Ya puede hacerlo, que nos viene genial por la parte de renta variable que llevamos, y tiene mucho que subir para liquidar la ventaja que le sacamos este año gracias al control de los riesgos.

No siendo posible conocer la frontera que separa lo bueno de lo malo exactamente, al ir poniendo canas vas entendiendo que debe manejarse esta cosa del mercado con mano izquierda, con decisiones más o menos progresivas en la medida en que las ideas se van reforzando en lugar de refutando, que era el tema de la semana pasada.

Sin refutación de mi idea

A mediados de mayo le contaba que la situación actual se parecía en algunas cosas a lo que hubo que enfrentar cuando planteé mi escenario C de Barack. Quiero recordar, que hay quien no acaba de pillarlo, que la C de Barack terminó en marzo de 2009, y que mi escenario es el suelo relevante en tendencia que viene después y en el que seguimos estando mientras los que mandan, allende los mares, no dispongan lo contrario. Y el que quiera convertir al Ibex 35 en el centro del mundo, puede ir comprándose una isla si ya tiene un espejo...

El creciente pesimismo hace parecidos a estos momentos y aquellos. Si entonces estuvo sobre la mesa la fractura del sistema financiero mundial -hoy casi nadie se acuerda de ello-, en estas semanas se ha puesto sobre la mesa el fin del modelo europeo y su proyecto monetario común. Entonces teníamos una tendencia bajista en la renta variable aún por muchas partes. Hoy sólo la tenemos en algunas plazas europeas. Discutir esto es torpe, pues nadie puede determinar sistemáticamente los giros del mercado antes de que se haya roto su estructura. Y para eso hay que caer, más cuando más hayas subido.

Es sobre los cimientos de la estructura alcista que mantiene Wall Street desde marzo de 2009, desde donde la renta variable norteamericana intenta regenerarse para dejar atrás el proceso de corrección bajista que vive desde finales abril.

Y como pasa con las caídas, para que el intento pase a ser algo más antes hay que subir un trecho. Hoy se requiere la superación clara de los 10.325 puntos en el Dow Jones Industrial y de los 4.400 del Transportes para ello, a ser posible con el futuro de los bonos norteamericanos vencimiento septiembre bajo las 119 figuras, y que el aussie/dólar por encima de los 0,86. Sólo en tal caso podré decir que a mi idea no le falta nada. Y entonces, además, no me quedará otra que cruzar los dedos.

Las velas semanales vuelven a venir en apoyo de los alcistas, convirtiendo la preocupación de la semana pasada en esperanza. La vela negra del Ibex 35, envuelta por la blanca de esta semana, supone ahora el despliegue de un patrón conocido como envolvente alcista. El hecho de que se produzca sobre un soporte decreciente y sobre la zona que se corresponde con un retroceso de dos tercios del alza previa, nivel de gran soporte señalado por Dow para las tendencias mayores, refuerza sus implicaciones.

Europa también desplegó ese tipo de patrones. El hecho de que todas estas velas semanales se estén dando sobre la clavicular de un patrón alcista de cabeza y hombros invertido -hchi- de medio/largo plazo me sigue pareciendo cuestión que no es baladí. En Estados Unidos también se puede hablar de reversal semanal.

Ahora bien, en marzo de 2008 también establecí sobre zona de soportes la posibilidad de salvar el mercado bajista que se nos venía encima. De hecho, semanas después de que recomendase empezar a tomar posiciones de nuevo, como he hecho esta vez a mediados de mayo, se confirmó un patrón de cambio de tendencia a alcista. Pero tuve que desdecirme de todo ello en los primeros días de septiembre para no ser aplastado. No se me olvida, y no sólo porque días antes estaba caminando por Nueva York, sino porque soy consciente de mi falibilidad.

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