Los ayuntamientos y las autonomías suman 1.400 millones en ayuda al exterior entre 2009 y 2010. Para colmo, las consistorios elevarán su aportación a este apartado en un 12% durante este ejercicio. Y Andalucía, con un 27% de paro, acumula una quinta parte de toda la ayuda autonómica. Las cifras son para llevarse las manos a la cabeza. No es coherente que el sector público plantee el comienzo de una escalada de recortes dramáticos, e incluso subidas de impuestos sustanciales, al tiempo que sus administraciones, con claros problemas de sobrepeso, se empeñan en seguir despilfarrando en esta parcela. Y a esto se añade todo el gasto en relaciones internacionales, cuya competencia debemos limitar. Hay que recortar todo este dispendio hacia al exterior para dar ejemplo.