La gran banca española percibió el pasado año 7.500 millones por los costes que aplica a sus clientes en productos como fondos de inversión, de pensiones o seguros.
La cifra crece año a año y ya supone el 27% del total de las comisiones que reciben las entidades. Este avance es fruto del cambio estratégico realizado por el sector a partir de 2016, cuando prácticamente eliminó los depósitos de sus escaparates forzando a sus clientes a que trasvasaran sus fondos hacia otros productos más rentables. Con su apuesta por la gestión de activos, la banca ha elevado la rentabilidad y la vinculación de los clientes. Pero además ha explotado con acierto una vía de ingresos con la que las entidades contrarrestan el impacto de los nulos tipos de interés en la eurozona.
