
No hay tregua para el sector del automóvil en España, que registra una caída de las matriculaciones de 30% interanual, retroceso que se eleva al 51% si lo comparamos con la situación ante de la pandemia.
Los cuellos de botella en el suministro de los semiconductores y componentes, acentuados por las movilizaciones de los transportistas, se suman al impacto de la crisis de Ucrania y originan el peor mes de marzo en los concesionarios desde que existen registros. Una situación que se ve también agravada por la decisión del Gobierno de incrementar el impuesto de matriculación. Todo ello convierte este año en perdido para el sector. No en vano, las patronales ya reconocen que la recuperación tendrá que esperar al menos hasta 2023.