A lo largo de la historia, la humanidad ha convivido con un gran número de conflictos bélicos donde siempre han predominado y destacado dos conceptos: el primero tiene que ver con la relación de los países enfrentados y el segundo, con el tipo de armamento de que disponen. No obstante, hoy en día tenemos que añadir otro factor a la ecuación, un nuevo concepto relacionado con la cultura de cada país y con la modernidad tecnológica en que estamos envueltos.
Me refiero a las redes sociales que, en la actualidad, nos permiten estar comunicados e informados de todo aquello que nos interesa investigar o con lo que queremos seguir en contacto. Gracias a estas nuevas tendencias digitales podemos comunicar eventos importantes tanto en nuestro entorno laboral como en los entornos familiar, social y personal.
Al principio del conflicto entre Rusia y Ucrania, el uso de estos nuevos canales digitales de comunicación nos ha permitido conocer de primera mano qué hay detrás de una guerra al informarnos en todo momento de cómo se desplazan y avanzan las tropas rusas. De hecho, gracias a la valentía de muchos ciudadanos ucranianos, nos han llegado a través de las redes sociales múltiples vídeos antes de que fueran retransmitidos en los distintos medios de comunicación. Estas herramientas nos han permitido observar el cambio de vida repentino que ha tenido que afrontar la ciudadanía ucraniana que, además, las ha utilizado para comunicarse con familiares residentes en otro lugar.
Viendo la fuerza que tienen estas herramientas, Rusia decidió cerrar el acceso a Facebook para evitar la publicación de mensajes violentos relacionados con la ofensiva contra Ucrania. Esta es la tercera red social más utilizada en el país, con ochenta millones de usuarios, por detrás de dos redes sociales creadas y desarrolladas dentro de la propia Rusia, que no han sido bloqueadas: VKontakte, la versión rusa de Facebook, y Odnoklassniki.
VKontakte (VK), red creada en 2006 por Pável Dúrov, cuenta con más de 650 millones de usuarios registrados y se estima que con 97 millones de usuarios activos al mes. Este amplio alcance, sumado a su gran compatibilidad al integrar 85 idiomas diferentes, la han convertido en una de las webs más importantes en Rusia. Y es justamente esta importancia la que ha provocado durante años un interés particular del gobierno ruso que se ha materializado, en el último mes de 2021, con su nacionalización. Con respecto a Odnoklassniki, desarrollado por Albert Popkov y lanzado también en el año 2006, el portal web tiene actualmente más de 200 millones de usuarios registrados y 45 millones de visitantes únicos diarios.
Pero no solo las redes sociales de Mark Zuckerberg (Facebook e Instagram) han sido bloqueadas por Rusia, también lo ha sufrido Twitter. Y otras, como el portal digital de contenido para adultos Pornhub, ha restringido, según comentan sus usuarios, el acceso a seguidores de ese país como medida de respaldo a Ucrania, aunque la empresa aún no se ha pronunciado. Este sitio fue bloqueado entre 2015 y 2016 por el Roskomnadzor (Servicio de Supervisión de Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación de Rusia) por considerar ilegal su contenido.
Las redes sociales hoy suponen un gran valor para la comunicación y, en el actual conflicto bélico, lo muestran ejemplos como el del soldado Alex Hook que, a través de TikTok, ponía una sonrisa en la cara de su hija de cinco años bailando coreografías de distintos géneros musicales en los días previos a la invasión. Cuando estalló la guerra, Hook dejó de subir vídeos y las redes se llenaron de rumores no verificados sobre su muerte; pero la alegría llegó cuando Alex volvió a subir un video diciendo que estaba vivo. Esta práctica la pudimos ver hace 25 años en la película La vida es bella, de Roberto Benigni, que se encargó de pintar un mundo de alegría y fantasía para que su pequeño, en medio de un campo de concentración, olvidara su trágico destino y viviera con más felicidad los últimos momentos con su padre. Si las redes sociales sirven para hacer feliz a alguien, bienvenidas sean.