La banca concedió el año pasado financiación a las empresas españolas por valor de 299.367 millones, un 16% menos que un año antes. Se trata de su nivel más bajo desde que el Banco de España recopila estas estadísticas.
Tal comportamiento se explica porque las compañías frenaron la demanda de liquidez tras haber incrementado su endeudamiento en 2020 a través de los avales ICO. En este contexto, se produce también un aumento del 50% de las refinanciaciones de los préstamos. La evolución es un síntoma claro de que la actividad empresarial sigue aún muy lejos de recuperar la normalidad prepandemia. Un horizonte que la guerra de Ucrania ha alejado aún más y ante el que urge una respuesta política mucho más ambiciosa que la realizada por el Gobierno.