
Las patronales rechazan la propuesta de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de recuperar la prohibición del despido objetivo ante las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania.
Sus objeciones son plenamente lógicas ante una receta que ya se planteó en la pandemia y que, como entonces, solo serviría para añadir una contraproducente rigidez al mercado laboral en un momento especialmente crítico. Se trata de una medida que condenaría a la desaparición a muchas pequeñas empresas, lo que provocaría más despidos que permitir una flexibilidad de las plantillas mejor ajustada a esta difícil situación. Al limitarse a repetir una medida que ya se demostró errónea, el Gobierno eliminará un recurso vital para la supervivencia de las empresas.