
La industria ha sido uno de los sectores más afectados durante la pandemia. Problemas como la falta de suministros y el alza en los precios de las materias primas y la energía ya obligó a algunas plantas a parar de manera intermitente su actividad el pasado año para evitar las pérdidas que generaba la actividad.
Por desgracia, estos problemas siguen plenamente vigentes, especialmente el de los altos costes energéticos. Lo demuestra el hecho de que el sector siderúrgico comienza a parar de nuevo las plantas ante los precios récord registrados por la electricidad y el gas natural en nuestro país. En concreto, la luz marca hoy un nuevo máximo histórico con una media de 544,98 euros el megavatio hora, con picos de hasta 700 euros a lo largo del día. Con todo, lo más preocupante es que esta tendencia alcista en los precios no tiene viso alguno de frenarse. Así lo indican las previsiones del gas que, según el mercado de referencia europeo, subirá un 61% hasta tocar los 311 dólares para el próximo mes de abril, por la creciente posibilidad de interrumpir las compras ante un incremento de las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania. En estos niveles, la ruptura de los contratos a alargo plazo que las eléctricas tienen con el sector industrial será una realidad, lo que hará que las plantas perciban en toda su intensidad esta espiral inflacionista en la energía.
El conflicto en Ucrania lleva los costes energéticos a máximos, lo que aumenta los problema que la industria ya sufre
Solo una intervención contundente de la Unión Europea, que llegue al punto incluso de suprimir el mercado mayorista o el de emisiones de manera temporal, podrá paliar el aumento de costes energéticos provocado por la guerra en Ucrania. Un incremento que amenaza con generar un daño aún mayor que la crisis del coronavirus en el tejido industrial español.