Opinión

Un millón de falsos empleos fijos

La vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz

El Gobierno saca adelante la reforma laboral en el Congreso por la mínima por un error de un diputado del PP en la votación.

 A pesar de que esta polémica está por resolverse, entrará en vigor. El apoyo de Ciudadanos y de otros partidos minoritarios ha contrarrestado el rechazo de algunos de los principales socios de investidura de Pedro Sánchez. La primera lección que se extrae de la votación es que la facción de Podemos en el Gobierno ha tenido que aceptar votar lo mismo que Cs, a pesar de enfrentarse a ERC y Bildu, que se mantuvieron firmes en su rechazo a la reforma. Con ello, los morados han demostrado que son capaces de renunciar a todos sus principios con tal de mantenerse en el Gobierno. En cambio, el ala socialista del Ejecutivo obtiene un indudable éxito al sacar adelante la reforma sin cambiar una coma respecto al texto que apoyaron los agentes sociales y sin ceder a las exigencias de los nacionalistas. Sin duda, este triunfo será bien visto en Bruselas, lo que facilitará la liberación de más ayudas de los fondos Next Generation. No obstante, este éxito político no debe hacer olvidar que la reforma laboral presenta inconvenientes. Uno de los más evidentes viene de los cambios que el texto introduce en la temporalidad del empleo, donde fulmina los contratos por obra y servicio e impone la figura del fijo-discontinuo.

El Gobierno logra un indudable triunfo a nivel político, pese a que logra salvar la reforma por un diputado del PP

Con esta medida el Ejecutivo podrá presumir de sumar más de un millón de falsos asalariados fijos a las estadísticas. Pero a costa de encarecer el despido, haciendo que las indemnizaciones se calculen sobre la totalidad de los periodos efectivamente trabajados y no solo el último, como hasta ahora. Esta falta de flexibilidad es justo lo contrario que necesita el mercado laboral para crear empleo.

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