Tras su primera reunión del año, la Fed endurece la hoja de ruta al mostrarse decidida a subir los tipos de interés "pronto" para frenar la inflación en EEUU.
Pero al mismo tiempo trata de mitigar la inquietud en los mercados al confirmar que la reducción de su balance llegará después de que se empiecen a subir los tipos. Una decisión con la que pretende frenar el incremento de la rentabilidad del bono estadounidense, lo que ya creaba tensión en las bolsas. Este mensaje poco contundente de la Fed no ha bastado para calmar el ataque bajista a Wall Street. Más aún ante el rechazo de EEUU a la reclamación de Rusia de impedir que países del Este de Europa entren en la OTAN, lo que aviva la posibilidad de una contienda bélica en Ucrania.