
El Gobierno se plantea poner fin a una de las medidas más importantes para combatir los efectos de la crisis del Covid en las empresas: las moratorias concursales, que permitían postergar la declaración en concurso de acreedores a sociedades con graves apuros financieros.
El Gobierno se plantea poner fin a una de las medidas más importantes para combatir los efectos de la crisis del Covid en las empresas: las moratorias concursales, que permitían postergar la declaración en concurso de acreedores a sociedades con graves apuros financieros. Según ha podido saber elEconomista, la intención del Ejecutivo es terminar con esta medida a partir del 30 de junio, una vez que esté aprobada en el Congreso la nueva Ley Concursal. Es indudable que el fin de las moratorias tendrá efectos en el tejido empresarial y, por extensión, en el sector financiero, si se produce un repentino incremento de los impagos crediticios. De hecho, el Banco de España no ha dejado de alertar a las entidades a este respecto. Aun así, resulta difícilmente justificable que siga en vigor sine die una medida de urgencia aprobada por la emergencia sanitaria ahora que la situación económica está más normalizada. Más aún cuando todo apunta a que para junio ya estará vigente un nuevo marco lesgislativo y estable para regular los concursos de acreedores. Pero sobre todo urge acabar con el riesgo de que empresas inviables sigan esquivando una disolución ya inevitable para ellas. Este tipo de compañías, conocidas como zombies, son aquellas que llevan años sin operar y cuya reactivación es imposible por la elevada deuda que arrastran. Son por ello sociedades que no están en situación de quiebra por la llegada de la pandemia sino que sus problemas vienen de más atrás. Resulta así acertado que este tipo de firmas (cerca de 1,5 millones según el Registro Mercantil) carentes de cualquier viso de viabilidad dejen de beneficiarse de medidas de protección como las moratorias en los plazos que obligan a declararse en concurso de acreedores.