
Francia renueva su apuesta por la construcción de centrales nucleares, apenas unos días después del cambio de enfoque de la Comisión Europea respecto a ellas.
Esto da idea de hasta qué punto las tesis del Gobierno español empiezan a quedar fuera de juego en el futuro de la transición energética. Los proyectos para nuevas instalaciones duplicarán el número actual de reactores en todo el mundo en los próximos años. Los precios de la energía han obligado a repensar muchos prejuicios. Crece el consenso de que la nuclear es una de las aliadas más eficientes para alcanzar los objetivos de descarbonización sin disparar la factura. Si España insiste en negar la evidencia, solo agravará su dependencia energética y su falta de competitividad.