
Tras una caída del 4,5% de los precios del alquiler durante pasado año, el sector prevé una subida moderada para 2022. Pero en este nuevo ejercicio entrarán en juego dos factores clave.
El primero es la futura Ley de Vivienda, aún pendiente del Consejo de Ministros, y que amenaza con socavar la oferta de inmuebles. Esto contribuirá, sin duda, al agravamiento de los problemas para acceder a una casa. El otro elemento a tener en cuenta es la inflación, ya presente en la segunda mitad de 2021 pero que se percibirá con total intensidad este año, según se vayan renovando los contratos de arrendamiento. La combinación de ambos puede llevar a que el alza de los precios a lo largo del año acabe siendo mucho mayor de lo previsto.