Recién dado el pistoletazo de salida a 2022, no podemos ocultar que la protagonista seguirá siendo por tercer año la pandemia del Covid-19. Aunque está lastrando la economía internacional, la aparición de las vacunas ya ha abierto la esperanza a la consolidación de la recuperación económica.
La llegada de los fondos Next Generation, el impacto de la ruptura de las cadenas de suministro, la discusión recurrente sobre si la inflación que tenemos es estructural o coyuntural, así como la estrategia de los bancos centrales sobre las políticas monetarias, que tanto han dado de hablar en los últimos tiempos, seguirán siendo los asuntos centrales de nuestra economía, pero a ellos se añaden algunos otros desafíos para el año que iniciamos.
Por un lado, el endeudamiento. Según la teoría financiera, la deuda es una fuente de financiación que tiene una serie de ventajas como su menor coste, que es fiscalmente deducible y que además otorga flexibilidad para acometer proyectos o gastos sin necesidad de recurrir a los fondos propios. No obstante, nadie se acuerda de los inconvenientes de tener unos niveles de deuda altos; y es que un aumento del endeudamiento implica una mayor probabilidad de quiebra.
La deuda española ya tenia unas magnitudes excesivas antes de la pandemia, y tras esta las cifras son todavía más descomunales. No podemos comparar nuestro nivel de endeudamiento con el de otros países como Japón o Estados Unidos que, aunque también es alto, se ha mantenido en el tiempo. Nuestro problema es que tenemos una mínima capacidad de ahorro y con unos sueldos medios muy bajos, lo que hace tremendamente complicado destinar recursos para pagar lo que se debe. Además, el Estado no cuenta con un plan para reducir esta deuda poco a poco, sino que va a seguir aumentándola puesto que el déficit público se mantendrá durante los próximos años. Con esta perspectiva, no puedo imaginar lo que ocurriría si en algún momento próximo los tipos de interés empezaran a subir, como en Estados Unidos, o comenzaran a pedir en muchos países de Europa que vean la inflación como una gran amenaza para sus economías.
En 2022 es crítico que haya un plan de reducción de deuda a largo plazo para situarla en niveles más razonables.
Por otro lado, este año recién estrenado debemos trabajar para consolidar e incentivar la creación de un tejido empresarial con compañías de mayor tamaño. Es imprescindible contar con empresas más grandes, competitivas y sólidas en España. En los últimos años hemos vivido de cerca cómo una parte del tejido productivo español se ha desmoronado por culpa de la pandemia. Se dieron préstamos ICO que ahora no se sabe cómo devolver. Y a ello se añaden las tensiones en las cadenas de suministro y la subida del precio de la energía. Todo ello ha mostrado que las empresas con más musculo financiero son las que han sido capaces de soportar estas adversidades, mientras que las pequeñas han vuelto a ver cómo se metían en un túnel sin conocer su longitud.
El tamaño medio de las empresas en España es muy bajo comparado con Europa y eso hace que cuando hay una turbulencia económica, estas se vean afectadas de manera brutal. Sería recomendable contar con mejoras fiscales y laborales y que las Administraciones incentiven la consolidación de empresas de mayor tamaño.
Por último, es muy importante crear una estrategia para el mercado laboral con el objetivo de aumentar la calidad de los empleos y los sueldos, tratando de cubrir con jóvenes universitarios españoles las vacantes del mercado. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, favoreciendo que empresas internacionales se instalen en España; muy fácil de decir, pero complicado de lograr. Hay mucho trabajo por hacer en este sentido, pues se ha comprobado que tras el Brexit hemos sido capaces de movilizar a muy pocas empresas de Reino Unido para instalarse en España, en comparación con Holanda o Alemania.
Debería existir un plan holístico para atraer empresas, y ello combinado con una mejora sustancial de la calidad de la formación de los universitarios españoles, que deberían poder encontrar trabajo en España. Solo así se quedarán los mejores.