
La tensión en el seno del Consejo de Administración de Merlin es máxima, con dos de sus principales directivos enfrentados: el fundador y CEO Ismael Clemente y el presidente no ejecutivo, Javier García-Carranza, número tres del Santander, que es el principal accionista de Merlin con el 22,2%.
Las diferencias entre ambos directivos han ido en aumento en los últimos meses, hasta tal punto que el Consejo de Administración de la sociedad se reunió ayer para plantear el relevo de Clemente a instancias de García-Carranza. Independientemente del resultado de dicha reunión, lo que carece de toda discusión es el hecho de que se trata de un conflicto que socava a Merlin. Su caída en bolsa del 6,34% en la sesión de ayer así lo evidencia.