
Los presupuestos de la Generalitat para el próximo año dejan claro que los catalanes pagarán más impuestos. En el caso del IRPF, los cambios en el tramo autonómico que el Govern prepara aumentarán aún más la brecha fiscal que separa a Cataluña de Madrid, que recientemente ha aprobado una reducción del IRPF. Como ejemplo, un catalán que cobre 45.000 euros anuales deberá pagar 520 euros más que un madrileño con el mismo sueldo.
En el caso de las rentas bajas, se abonarán 90 euros más en Cataluña tras la nueva normativa. Pero más allá de la cifra, lo más preocupante es que el Govern vuelve a hacer gala de mala gestión. Aumentar la carga fiscal de los catalanes solo frenará el crecimiento y el consumo de la comunidad frente al vigor de Madrid.