
Los indicadores adelantados de la OCDE señalan que la recuperación está cerca de su pico máximo en los países desarrollados. Respecto a la eurozona, el organismo alerta de desaceleración en las alzas del PIB de los países.
La OCDE es contundente en sus argumentos y destaca que incertidumbres actuales, como la inflación y los problemas de las cadenas de suministros, contrarrestan el impulso económico del levantamiento gradual de las medidas de contención por la pandemia. Este notable empeoramiento de las previsiones de crecimiento supone una muy mala noticia para la economía nacional. Las debilidades que nuestro PIB ya presenta, como la baja productividad, se verán exacerbadas por el deterioro del impulso económico a nivel global.