Europa en general y España en particular no creo que tengan un problema en la inmigración, pero sí lo tienen y grande en la integración social de los inmigrantes, y una de las piezas claves de esa necesaria integración está en la educación de los hijos de esos inmigrantes. Un dato clave para medir la magnitud de ese problema: en los últimos años, el 30% de los niños nacidos en España tenía a uno de sus progenitores proveniente del extranjero.
Silvia Carrasco es investigadora en el Centro de Estudios de Migraciones de la Universidad Autónoma de Barcelona y estas son sus contundentes palabras:
"Estamos participando de una expulsión progresiva del sistema educativo de una parte de nuestra juventud. Y les estamos estratificando étnica y socialmente".
Los datos que arroja la investigación de Carrasco son abrumadores. Los alumnos extranjeros duplican el abandono escolar prematuro respecto a los alumnos autóctonos. Esas cifras se han obtenido siguiendo a más de 3.000 alumnos durante los cursos de tercero y cuarto de la ESO, del Bachillerato y los estudios post-obligatorios. Entendiendo abandono escolar prematuro como el hecho de que jóvenes de 10 a 24 años solo hayan aprobado la ESO, se evidencia que la brecha entre jóvenes inmigrantes y nacidos en España es enorme. Pasan de un 38% de abandono escolar prematuro, a un 11,8%. Teniendo en cuenta, además, que la media en la Unión Europea es del 10%.
Existe un grave problema en España de integración social de los inmigrantes
Por otra parte, Jordi Bayona, del Centro de Estudios Demográficos, señala que el 61% de los alumnos autónomos de Cataluña acaban cursando bachillerato, y solo el 44% de la población inmigrante lo hace, pero al investigador le preocupa mucho más lo que ocurre entre los alumnos que son hijos de inmigrantes, pero que han nacido aquí. El 69% de estos chicos y el 60% de estas alumnas jamás llega al bachillerato.
Por su parte, de Lidia Farré, miembro del CSIC, demuestra que a medida que se han producido olas de recepción de inmigrantes en España, los padres de los niños nacidos aquí se han trasladado a la escuela privada y concertada. Durante el curso 2018-2019, las escuelas concertadas tenían un 6% de alumnos foráneos, frente a un 14% de los que había en la pública.
Estamos hablando de datos catalanes, pero carecemos de datos o estudios del resto de España. En cualquier caso, tenemos un problema gravísimo que será preciso abordar cuanto antes con datos a nivel nacional, porque en Cataluña existe un problema añadido: la lengua que allí se impone y la persecución del español, que es la lengua materna no sólo de los hijos de hablantes españoles sino también de los hijos de hispanoamericanos. Pero esta es otra historia.
En mi opinión –y es, de momento, sólo eso: opinión- es relevante la situación dentro del hogar –siempre lo es- y los intereses de los padres de esos chicos hijos de inmigrantes y también lo es el interés de los padres en que sus hijos entren en la universidad y en la formación profesional de grado superior.
Si esa brecha no se resuelve, España se adentra en territorio desconocido y peligroso, donde la mitad de la población esté sujeta al empleo precario o al paro por la poca formación obtenida. Un país socialmente injusto y desigual.