
Los apuros de las aerolíneas no se agotan en la lenta normalización del tráfico aéreo. Paradójicamente, un instrumento diseñado para protegerlas, los seguros frente a las alzas de precio del queroseno, las perjudicó en 2020 y ahora vuelve a hacerlo.
El año pasado estas coberturas les salieron muy caras. La mayoría de las que contrataron fueron inútiles dado que las aerolíneas consumieron mucho menos combustible del previsto, cuando el Covid paralizó los vuelos. Para compensar esa situación, las empresas decidieron contratar un volumen menor de seguros para 2021 y ahora están desprotegidas ante el encarecimiento que presenta el crudo y sus previsiones de beneficio lo sufren con un recorte del 50%. Las dificultades del sector están así muy lejos de acabar.