
Las llamadas sicavs traspasables constituyen toda una referencia para muchos gestores a la hora de diseñar sus estrategias.
A ello contribuye que se trata de un reducido número de sociedades, una veintena, el cuantioso patrimonio que manejan y, sobre todo, las grandes fortunas que son sus propietarias. Sin embargo, en 2021, estas sicavs están lejos de ser un buen ejemplo ya que su rentabilidad media del 6,26% equivale a sólo un tercio de lo logrado por el Eurostoxx 50 en el acumulado del año. Sin duda, hay excepciones, como Lierde (de la familia Alierta), cuyo éxito pone en evidencia los errores en la gestión de las otras sicavs. Fallos en estrategias tan evidentes como la necesidad de diversificar sus posiciones por países y sectores explican su mal comportamiento.