
Los expertos del sector de las infraestructuras son claros en sus cálculos sobre los positivos efectos que tendrá la ampliación de El Prat.
La inversión de 1.700 millones que absorberá el aeropuerto barcelonés será capaz de generar un retorno de 5.000 millones. Es más, contará con capacidad para crear 42.000 empleos a tiempo completo. Frente a estas cifras palidecen las objeciones contra el proyecto, basadas en unos perjuicios ecológicos que Aena ya previó y que está en condiciones de reducir al mínimo. Las protestas contra El Prat, por tanto, obedecen a motivos políticos y debe celebrarse que la Comisión Bilateral del Estado y la Generalitat los dejara a un lado y diera su placet a una ampliación que atraerá inversiones y crecimiento.