Repsol incrementa sus objetivos de energías renovables e hidrógeno. Prevé instalar 800 MW más para alcanzar los 8.300 MW en España en el año 2025. Pero las aspiraciones de Repsol en el ámbito de las energías limpias no se limitan exclusivamente a nuestro territorio.
Muy al contrario, la meta es convertirse en un operador global de generación renovable en 2025. El acelerón de Repsol tiene sentido ante la importancia que la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático tienen en las políticas económicas globales. Por si fuera poco, la decisión de Bruselas de fijar para 2035 el fin de la venta de vehículos de gasolina y diésel generará un duro impacto en el negocio petrolero. Pero supondría una total injusticia acusar a Repsol de oportunista. Muy al contrario, la compañía ya dio sobradas muestras de su compromiso con la sostenibilidad al anunciar antes de la crisis su propósito de convertirse en una empresa neutra en emisiones de carbono en 2050. Su anuncio fue revolucionario ya que nadie en su sector comunicó antes un compromiso de ese tipo. Repsol se impuso así la tarea de ser pionera y lo cierto es que está cumpliendo con creces sus promesas. Es necesario recordar que lejos de paralizarse ante la crisis, la petrolera ya destinó en 2020 a renovables el triple de lo invertido en prospección de hidrocarburos.
Incrementa sus objetivos en generación limpia y avanza en su objetivo de ser neutra en emisiones en 2050
Con este antecedente, y con las desinversiones que viene realizando en el negocio de exploración, es comprensible que Repsol aproveche la buena marcha del negocio (ganó 1.235 millones en el semestre) para impulsar sus inversiones en renovables e hidrógeno hasta el punto de plantearse su salida a bolsa. La petrolera muestra así un esfuerzo coherente ante el reto que supone reinventarse para adaptarse a una economía sostenible.