La rapidez con la que sube la inflación en EEUU llevó a los analistas a pensar que el bono a 10 años elevaría su cupón al mismo ritmo. Nada sería más lógico que los inversores le exijan más rentabilidad, ahora que el IPC supera el 5%.
Sin embargo, el T-Note registra caídas y se sitúa en el 1,2%, muy lejos del interés cercano al 2% que los expertos esperaban para este trimestre. Se trata de una más de las anomalías que los mercados presentan en un año como 2021. Conviene, sin embargo, no dar por garantizado este comportamiento. Conforme se acerque el otoño, y con él la previsión de una reducción de estímulos de la Fed, más probables son las subidas del interés del bono y, por tanto, las caídas de su precio que generen pérdidas al inversor.