El avance de los salarios triplicó la inflación registrada el pasado trimestre. Todo apunta a que esta desproporción se mantendrá, e incluso se agudizará, en el corto plazo.
A ello contribuye Trabajo que aboga por una nueva subida del SMI en este año, junto con la derogación de las líneas maestras de la reforma laboral de 2012. Este último proyecto recuperaría la renovación automática, e indefinida, de convenios caducados (la ultraactividad), lo que obligará a las empresas a acometer alzas salariales sea cual sea su situación. Trabajo también se afana en encarecer el despido, en su intento de marginar la contratación temporal. Políticas así, en plena crisis, hacen que la contratación, e incluso el normal desempeño de su actividad, sea misión imposible para las empresas.