
El Parlamento Europeo pone cifras al efecto de la elusión fiscal que las multinacionales tecnológicas practican en su territorio. Estas empresas tributan a un tipo efectivo medio en Sociedades del 9,5% (frente al 23,2% propio de otros sectores) que, en el caso de países como Irlanda se reduce hasta un nivel casi inexistente del 0,005%.
Ahora bien, la Comisión nunca ha podido demostrar que esos gravámenes ínfimos constituyan ayudas de Estado y son legales dado que no existe una armonización de Sociedades (como la que ya presenta el IVA) a escala comunitaria. La UE fracasó en todos los intentos de fijar un tipo mínimo general en ese impuesto. Es posible que ahora, cuando EEUU impulsa esa iniciativa a escala global, la Unión pueda cerrar ese flanco débil.