
Una de las novedades de la Ley de Reformas del Trabajo Autónomo de 2018, fue el reconocimiento de los gastos de manutención, Los autónomos podían desgravarse en el IRPF sus desembolsos en alimentación, salud y vivienda, y recibir un tratamiento fiscal semejante a los asalariados.
Sin embargo, más de dos años después, el resultado de esta medida es decepcionante. Los requisitos que Hacienda exige a los autónomos para las bonificaciones son tan prolijos que muchos renuncian a reclamarlas. Por ello, el monto de posible deducciones que queda en manos del Fisco asciende a 1.200 millones cada año. Sin duda, Hacienda debe ejercer controles pero no extremarlos hasta el punto actual en el que las deducciones se vuelven inalcanzables.