
Por segunda vez en dos semanas, el presidente Sánchez protagonizó la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. En este caso, Sánchez presentó el Plan para la Recuperación, Transformación y Resiliciencia, la hoja de ruta que seguirán los 140.000 millones en transferencias y créditos de la UE que España recibirá.
El jefe del Ejecutivo se esforzó por encomiar la importancia de esos recursos ("una oportunidad así se plantea un par de veces cada siglo", aseguró). Con todo, su discurso apenas aportó novedades sobre lo conocido desde que se diseñó, hace casi un año, el fondo comunitario anti-crisis. Moncloa desglosa diez grandes planes de inversión, que absorberán 50.000 millones, sin exponerlos antes al Congreso y explicar cómo se articularán, más allá de definir objetivos genéricos (movilidad sostenible, implantación del 5G, impulso a la economía circular...). Menos pormenores aún ofreció Sánchez acerca de las 102 reformas que contiene el Plan. En este caso, al igual que ocurre con las inversiones, llama la atención la indefinición de plazos y criterios para ponerlas en marcha. Queda así en evidencia la total incertidumbre que rodea aún a la recepción de los fondos europeos, y a su control. Los Presupuestos se elaboraron bajo la previsión de que el primer tramo llegaría este mes.
La llegada de los fondos europeos y, por tanto, el 'Plan para la Recuperación' del Gobierno, están rodeados de dudas
El Gobierno lo retrasó luego a junio y ahora ese plazo también está en duda por el cuestionamiento de las ayudas por parte del Constitucional alemán. Pero, más allá del calendario, el Ejecutivo expondrá hoy en el Congreso un reparto de los recursos ya preestablecido, sin que se estén cumpliendo las obligaciones de supervisión y fiscalización que otros países ya aplican y que la UE considera imprescindibles.